Hacer limpieza general en casa y además con el propósito de levantar hasta el último rincón -¡bendita mi casa que no tiene trastero!- y deshacerme de cosas estancadas -como un limo pegado al ánimo que ni sabía que existía-, tiene la ventaja de que en el fondo me deja muy relajada y, en la superficie, unas ganas de sentarme y meter las lumbares en el sillón que ni te cuento. También tiene el inconveniente -será porque cae el día- de que me vuelvo simplona cuando vuelvo a ojear el periódico.
Un artículo que se titula "¿Qué hacemos con ellos?" encabezado por la siguiente foto:
Pues tirarlos y votar unos nuevos, digo yo ¿no?Un teniente que escribe una novela en la que denuncia mamoneos internos del ejército es condenado por un tribunal militar a dos meses de reclusión en un centro de internamiento disciplinario.
Total, la separación de poderes: el poder judicial castigó a Garzón, el militar castiga a este joven y el ejecutivo (los de la foto de arriba) nos sigue castigando a todos los demás: unos, como el primero, se van del país -creo que una ministra lo llama movilidad laboral, mi tía Filomena emigrar, que ya ella lo hizo en los 60-, otros, como el segundo, entran en la chirona pública por protestar de los mamoneos del ejecutivo:
También me fijo en las noticias cinematográficas. Por lo que se ve se estrena "El amanecer del planeta de los simios".
Creo que trata de una época en la evolución en que todo es permitido si se tiene dinero a raudales.
Para terminar -que la noche ya ha caído- me paseo por los ecos de sociedad. No sé si es el sueño que tengo, que me nubla la vista, o es que en el fondo estoy de ánimo sandunguero, pero... ¿no es sutilmente pelvis con pelvis, resfregoncillo que lo llaman en mi tierra, la foto oficial?